fbpx

Cuando llega el diagnóstico de Diabetes Tipo 2

Cuando llega el diagnóstico de Diabetes Tipo 2

Diabetes y Prediabetes. Doctora Aranbarri.

Hace bastantes años, un paciente que aún sigue viniendo a consulta, me dijo: “menuda faena esto de la diabetes, Igotz. No puedo comer lo que quiero, tengo que cuidarme y al final para nada porque acabaré o medio ciego como mi padre o amputado como mi abuela”.

Os reconozco, que cuando escuché aquello me quedé realmente impactada. Y sí, aquello supuso un antes y un después en mi ejercicio profesional, porque tenía muy claro que lo que mi paciente contaba era un sentimiento muy arraigado en las personas con diabetes tipo 2 y en las que sufren otras enfermedades cardiovasculares crónicas, pero yo sabía que todo esto estaba mitificado y que en diabetes hay mucho por hacer, siempre.

El diagnóstico de diabetes nos deja entre perplejos e incrédulos, porque no vamos a engañarnos: suele ser un hallazgo en una analítica de sangre y si a esto le añadimos que no suele dolernos nada en ese momento…resulta entre poco apetecible e inoportuno a partes iguales.

Os explico en que nos basamos para hacer diagnóstico de diabetes. Solemos manejar principalmente dos parámetros: por una parte, el nivel de glucosa en ayunas (determinada en muestra venosa) y la hemoglobina glicosilada a la que coloquialmente describimos como “media de glucosa de los últimos 3 meses”.

  • Si la glucemia en ayunas es ≥ 126 mg/dl o si la hemoglobina glicosilada es ≥ 6.5%, estaremos muy probablemente hablando de una diabetes; eso sí, es necesaria siempre una segunda determinación para confirmarlo. El diagnóstico no se hace alegremente.

prediabetes diabetes tipo 2Ocasionalmente son necesarias otra serie de pruebas para llegar al diagnóstico (sobrecarga oral de glucosa por ejemplo) o nos contáis sintomatología típica consistente en presentar sed (polidipsia), orinar mucho (poliuria), pérdida de peso a pesar de comer mucha cantidad de alimentos, visión borrosa, etc…

Cada diabetes es diferente porque cada persona también lo somos. Nuestros genes nos hacen únicos e irrepetibles. Y el diagnóstico también difiere entre personas, aunque lo más habitual es que sea una sorpresa con la que nos encontramos en cualquier análisis de sangre que se realiza por otro motivo.

Os confieso que es un momento retador para mí. Y no lo oculto, porque tras el diagnóstico y la noticia al paciente, viene lo más importante: explicar bien qué es esta patología, explicar qué implica, explicar sus posibles complicaciones y lo más relevante, transmitiros que no es ninguna banalidad y que precisa seguimiento exhaustivo y apoyo experto en la materia.

Pero, hoy en día, la diabetes no es lo que era. Tenemos amplio conocimiento de la enfermedad, tenemos muchas herramientas y recursos para poder empoderar al paciente y apoyarle en el autocuidado, y por supuesto, disponemos de mucha evidencia científica en continua investigación en cuanto a farmacología, genética y hábitos de estilo de vida que nos permiten tratar cada diabetes como es: diferente una de otra.

Muchos pacientes me confesáis que lo más fácil es “tomar las pastillas”, “lo complicado es hacer bien la alimentación y el ejercicio”.

Y estoy totalmente de acuerdo en esto, pero ahí también podemos ayudaros, no sólo prescribiendo los fármacos que mejor se adaptan a vuestro estilo de vida y enfermedades de base, sino también haciendo recomendaciones personalizadas en cuanto a alimentación y ejercicio físico. No todo nos va bien a todos…los genes tienen mucho que ver en este aspecto.

¿Habéis tirado la toalla con vuestra diabetes? ¿Os han hecho un diagnóstico hace poco y estáis como un pulpo en un garaje? Os invito a que compartáis con nosotros vuestro caso y que os deis la oportunidad de aprender a vivir con diabetes y no para ella.

Esa es nuestra mayor apuesta: trabajar en equipo con cada uno de vosotros. Nos tendréis a vuestro lado para todo lo que preciséis. Se camina mejor acompañado que solo, y más si nos enfrentamos a una patología crónica como esta.

Aquel paciente que hace años había tirado la toalla, no está ni medio ciego ni amputado. Vive plenamente con una excelente calidad de vida y feliz: hoy es el día que me dice “menos mal que topé contigo, Igotz”.

Y yo, aunque no se lo digo, pienso igual: menos mal que topé con él, porque de él y del resto de pacientes sigo aprendiendo como profesional y como persona.

Como dice mi madre: “haz por el resto lo que quieres que hagan por ti”. Y en eso andamos…

No hay comentarios

Publica un comentario