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¿Qué hay de nuevo en diabetes tipo 2?

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¿Qué hay de nuevo en diabetes tipo 2?

La diabetes es una vieja conocida desde que el mundo es mundo

Inmhotep en el 1500 a.c., hizo referencia a una extraña enfermedad que presentaban personas con mucha sed, que orinaban muy frecuentemente y adelgazaban a pesar de comer grandes cantidades de comida. Sin duda, hacía referencia a la diabetes tipo 1. En 1921, hace 100 años se descubrió la insulina: hito histórico, ya que aquellas personas que fallecían por no tener un tratamiento adecuado para su enfermedad, comenzaron a sobrevivir a tan temida patología. A Banting, Best y otros compañeros, se les debe lo indecible, sin duda.

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Actualmente, sabemos que hay diferentes tipos de diabetes y que cada una de ellas tiene una fisiopatología diferente. En el caso concreto de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la más prevalente de todas las diabetes, se ha avanzado mucho en investigación y conocimiento sobre la misma. No debemos olvidar, que esta enfermedad se puede prevenir. Pero la prevención implica esfuerzo, motivación, cambio de hábitos y otra serie de actuaciones, que muchas veces no consideramos y lamentablemente acabamos desarrollando una diabetes tipo 2 casi sin ser conscientes de ello.

Sabemos que diagnosticar la diabetes tipo 2 cuanto antes es imprescindible, pero nos encontramos con grandes dificultades: muchas veces, la diabetes tipo 2 se diagnostica de manera casual y tardía. No duele ni produce síntomas, por lo que es mala compañera de viaje. Y esto, es muy negativo y acarrea serias consecuencias porque la hiperglucemia crónica mantenida va dañando paulatinamente muchos órganos y tejidos de nuestro organismo. De todo esto sabemos mucho los médicos de familia, ya que por nuestras manos pasan todas las personas con prediabetes y diabetes tipo 2, y vemos circunstancias muy diferentes, tantas como personas con DM2 acuden a nuestras consultas.

La diabetes no es “un poco de azúcar en la sangre”

La diabetes es una enfermedad sistémica, multifactorial y que nos puede matar, habitualmente por un evento cardiovascular como un infarto de miocardio o un ictus. Por esto, el tratamiento de la diabetes no debe centrarse sólo en reducir la glucosa.

El tratamiento de la diabetes debe contemplar la reducción de nivel de la glucosa, pero también controlar bien el resto de factores de riesgo cardiovascular que tiene el paciente (hipertensión arterial, dislipemia, sobrepeso/obesidad) y sobre todo prevenir complicaciones, prevenir eventos cardiovasculares y evitar que los pacientes mueran por estos motivos. Esto es totalmente posible a día de hoy: disponemos de fármacos que reducen la mortalidad cardiovascular y la mortalidad por cualquier causa en diabetes, además de prevenir hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y otras complicaciones derivadas de la DM2. Y sí, están al alcance de todos. No son sólo para algunos elegidos.

Los fármacos cardioprotectores son parte muy valiosa del arsenal terapéutico de que disponemos en diabetes tipo 2 y deben estar presentes en el tratamiento farmacológico de cada paciente. Si además los combinamos con un estilo de vida saludable, constituyen el binomio perfecto para mantener a raya la diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 hay que mirarla de manera detallada y pormenorizada, siempre de manera individualizada y en el abordaje de la misma, debemos ir a por todas.

La diabetes tipo 2 de hace unos años y la de ahora son diferentes: hay mucho conocido y mucho nuevo por conocer.

Convivir con diabetes tipo 2 y tener calidad de vida es posible y es imprescindible: los fármacos cardioprotectores son un apoyo incondicional en la consecución de este reto.

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